
Es importante entender que más allá de pensar que sea algo correcto o incorrecto, bueno o malo, la realidad es que los adolescentes tienen relaciones
Seguramente en alguna ocasión cuando éramos niñas escuchamos a nuestra mamá, a alguna tía o a la abuela, nos dijeron de que podíamos y que no podíamos hablar las mujeres. Entre las cosas principales de las que no se podía hablar sin duda estaba el sexo. Hablar de sexo era algo impensable para las generaciones anteriores, era algo burdo, de mala clase. “De esas cosas no se habla en público”, “las niñas de bien no dicen eso” etc.
Con perspectiva nos damos cuenta de que hablar de sexo no solo es algo normal, sino que también es importante y sano. Claramente hay espacios y lugares para hacerlo, no hablaríamos de sexo en una reunión de trabajo o en una comida familiar, pero hablar libremente del tema con nuestros amigos, padres y figuras de autoridad durante la infancia y adolescencia ayuda a romper con estereotipos, tabúes y con información errónea y mitos que podamos tener por imaginarios colectivos o por lo que nos haya contado alguien por ignorancia.
Hablar de sexo sin tapujos es una parte fundamental de la educación sexual que podemos tener las personas y es parte fundamental de la base para desarrollar una sexualidad y prácticas sexuales sanas. Aunque esto aplique tanto para hombres como para mujeres, claramente todavía tenemos imaginarios sociales sobre lo que deberíamos decir o preguntar las mujeres.
Entonces no tengamos miedo, preguntemos lo que no sepamos, compartamos nuestras experiencias, conocimientos y dudas con nuestras amigas, nuestras parejas, hasta con nuestros padres, rompamos con el tabú de que de sexo no se habla. Es el primer paso para empoderarnos y llevar una vida sexual plena, libre y en donde tomemos decisiones informadas.
No hablar abiertamente sobre sexo puede tener consencuencias complejas y nada deseables, desde no entender la manera en la que se pueden transmitir infecciones de transmisión sexual, de cómo podemos quedar embarazadas y de cómo evitar los escenarios anteriores o hasta no entender la manera en la que funciona el consentimiento o la violencia y el abuso en las relaciones de pareja.
Hablar es entender y entender es tener la posibilidad de cuidarnos de enfermedades, de decidir si deseamos un embarazo o no, de si estamos seguras en una relación o no, de saber qué es lo que nos gusta en la cama y cómo hablar de esto con nuestra pareja, de conocer todos los métodos anticonceptivos y de controlar la manera en la que queremos vivir nuestra sexualidad y nuestra vida.
Es importante entender que más allá de pensar que sea algo correcto o incorrecto, bueno o malo, la realidad es que los adolescentes tienen relaciones
Así cómo poder hablar libremente sobre nuestra sexualidad es extremadamente importante, cuidarnos a la hora de vivirla también libremente es igual de importante. Es por
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